
Me complace enormemente que Su Majestad el rey haya aprobado la candidatura de la Reverendísima y Muy Honorable Sarah Mullally, Dama de la Orden del Imperio Británico, para su elección como el 106.º arzobispo de Canterbury.
Invito a las iglesias de la Comunión Anglicana mundial a orar por la arzobispa designada mientras se prepara para asumir este importante ministerio.
El libro de 1 de Pedro nos invita a poner los dones que hemos recibido “al servicio de los demás, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas”. Rezo para que estas palabras sirvan de guía a la arzobispa designada en su ministerio al servicio de la Comunión Anglicana en sus diversos contextos.
En todo el mundo, mediante profundos lazos de amistad y cooperación, las iglesias anglicanas comparten la esperanza del Evangelio y obran por el bien común.
Muchas iglesias de nuestra familia global operan en circunstancias difíciles, con escollos como la guerra, la crisis climática, la pobreza y la desigualdad que afectan gravemente a sus comunidades.
En algunos lugares, los lazos de nuestra Comunión Anglicana sufren tensiones. Existen áreas de desacuerdo y desunión entre nuestras iglesias que necesitan la gracia sanadora de Dios.
Ante todas estas cuestiones, que Dios conceda a la arzobispa designada sabiduría y discernimiento, mientras procura escuchar a las iglesias miembros, fomentar el apoyo mutuo y promover la unidad.
Como Secretaría oficial de la Comunión Anglicana, la Oficina de la Comunión Anglicana se compromete plenamente a apoyar el ministerio de la arzobispa mientras trabaja con otras provincias y los instrumentos de la Comunión Anglicana: la Primates’ Meeting, el Consejo Consultivo Anglicano y la Lambeth Conference.
Oremos, unidos, para que Dios derrame su Espíritu sobre la Comunión Anglicana para compartir con valentía el amor transformador de Cristo y buscar activamente la plena unidad visible de la Iglesia de Dios.