Mensaje de bienvenida del Reverendísimo Anthony Poggo, secretario general de la Comunión Anglicana

Bishops Sarah Mullally And Anthony Poggo 1920x 1080

Me complace enormemente que Su Majestad el rey haya aprobado la candidatura de la Reverendísima y Muy Honorable Sarah Mullally, Dama de la Orden del Imperio Británico, para su elección como el 106.º arzobispo de Canterbury.

Invito a las iglesias de la Comunión Anglicana mundial a orar por la arzobispa designada mientras se prepara para asumir este importante ministerio. 

El libro de 1 de Pedro nos invita a poner los dones que hemos recibido “al servicio de los demás, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas”. Rezo para que estas palabras sirvan de guía a la arzobispa designada en su ministerio al servicio de la Comunión Anglicana en sus diversos contextos.

En todo el mundo, mediante profundos lazos de amistad y cooperación, las iglesias anglicanas comparten la esperanza del Evangelio y obran por el bien común.

Muchas iglesias de nuestra familia global operan en circunstancias difíciles, con escollos como la guerra, la crisis climática, la pobreza y la desigualdad que afectan gravemente a sus comunidades.

En algunos lugares, los lazos de nuestra Comunión Anglicana sufren tensiones. Existen áreas de desacuerdo y desunión entre nuestras iglesias que necesitan la gracia sanadora de Dios.

Ante todas estas cuestiones, que Dios conceda a la arzobispa designada sabiduría y discernimiento, mientras procura escuchar a las iglesias miembros, fomentar el apoyo mutuo y promover la unidad.

Como Secretaría oficial de la Comunión Anglicana, la Oficina de la Comunión Anglicana se compromete plenamente a apoyar el ministerio de la arzobispa mientras trabaja con otras provincias y los instrumentos de la Comunión Anglicana: la Primates’ Meeting, el Consejo Consultivo Anglicano y la Lambeth Conference.

Oremos, unidos, para que Dios derrame su Espíritu sobre la Comunión Anglicana para compartir con valentía el amor transformador de Cristo y buscar activamente la plena unidad visible de la Iglesia de Dios.